Dicen que para que las cosas nuevas lleguen, otras tantas hay que dejarlas atrás (pero en un buen sentido). Llegué un 26 de abril pasadas las 14 hs a Mendoza Capital con un cielo que me recibía grisáceo y garuante a la vez. Fue de las pocas veces que en 51 días en Mendoza Capital vi "llover" (sólo dos veces garuó para que se den una idea). Recuerdo que la misma calma que sentí en ese entonces, es la misma que siento ahora, porque al igual que lo supe en su momento, sé que lo que venga va a ser bueno y voy a estar bien.
Recuerdo que mi primer impresión de la ciudad no fue en absoluto de un descomunal amor. Sin embargo, con el correr de los días, todo fue mutando, y fue para bien. Caminé los dos kilómetros de la terminal cuestionándome ¿Qué hago acá? ¿Y si después de todo me equivoqué? Porque así soy yo, necesito cuestionarlo todo, inclusive si se supone que hay una respuesta para ello, yo quiero la mía propia. En fin, después de un mes y medio y más, puedo decir que me enamoré de Mendoza, de sus días de intensos sol brillante, sus calles arboladas y otoñales. Me enamoré de el sonido del agua recorriendo las acequias que atraviesan la ciudad de punta a punta. Caminé Mendoza Capital de este a oeste y de norte a sur. Visité sus museos, plazas y cerros y me maravillé con cada momento compartido en el hostel con mis compañeros voluntarios, huéspedes, y claro está, mis queridos anfitriones, los hermanitos Yanke: Belu, Maty y July. De Belu no tengo mas que decir que es un encanto de persona, es inquieta, divertida y generosa. Gracias Belu por las risas y esa sonrisa tan cálida desde el momento en que entre por la puerta de Gorila Hostel. Gracias Maty por haber respondido a mi pedido del voluntariado y al igual que con July, gracias por la buenísima onda en todo momento, realmente los sentí familia. ¿¡Y qué decir de mis compas voluntarios!? Chelsea from Boston, que linda, alegre e inteligente. Gracias por la paciencia y buena voluntad a la hora de dejarme practicar mi oxidado inglés con vos. ¡Lety! ¡Cómo amo fazer vocé ficar brava! Pensar que hemos caminado, reído y recorrido tanto durante todo un mes. ¡Jackie, mi querida amiga! ¡Cómo te quiero y admiro a la vez! Sos tan noble, bella y talentosa, espero que siempre te mires con los ojos que te miro yo, porque sos un maravilloso ser humano y nunca te voy a olvidar. Sin lugar a duda las mejores dos semanas de nuestras vidas. Victor, el niño de los ojos tiernos y pestañas rizadas. Él siempre con una sonrisa para regalar y contagiando su buen humor. ¡Sarita, la chica danesa! Alegría y energía pura. Siempre con su "Cindia" de cada mañana, siempre concentrada en lo que escribe. ¡Y como escribe! Y luego, un día, llegó el último de todos los voluntarios: el muy y bien preponderado Agustín. Recuerdo que cuando Agus llegó, Maty me llamó serio y me dice "vení", abre y ahi un chico flaquito y barbudo con aire bohemia yacía al pie del umbral. "¿Vos qué decis?¿Lo dejamos entrar?" , me preguntó Maty a modo de broma. Si bien al principio mi postura fue distante, con el correr de los dias no sólo me relajé, sino que nos volvimos muy buenos compinches a la hora de hacer chistes y reírnos de tonterías.
11/06/17 O me traían un banquito o no me subía arriba de Miguel (el caballo). Ph cortesia de Sara Helmark de mynewflipside
¿Pero saben que fue los más lindo de todo? Que ésta gran familia no se limitó a sólo a los del dia a día, sino también a los huéspedes que pasaron y que también dejaron marca, como Tatiana y Ricardo de Minas Gerais con su vitalidad y buena onda, Etienne (Titi) de Francia siempre con una sonrisa o algún bailecito reggaetonero, Lean siempre cocinandonos rico, contándonos anécdotas y vivencias, Goose de Hungría con su encantador español y medias coloridas y Eduardo de Cerrillos - Salta, el chico que después de varios días sin cruzar las palabras justas y necesarias, me pidió hacerle de oyente para una presentación en inglés y a partir de ahí comenzó tan linda amistad.
Si tuviera que hacer un resumen de mi estadía en Gorilla y Mendoza, sobre todo lo que hice, diría qué: subí el Cerro Arco y el Cerro de la Gloria tres veces, anduve la ciudad a pie y en bici una decena más. Compartí dos asados inolvidables con gente de todas partes. En la primera ocasión con gente de CABA, Comodoro Rivadavia, Bélgica, Brasil, Rusia, Mendoza, Dinamarca y Estados Unidos. La segunda ocasion fue después de un domingo de cabalgata en el desertico paisaje de Las Heras. brasileños, Mendozinos, alemanes, canadienses, británicos; entre otros, nos regalon a Sarita y a mi el broche de oro de mi último domingo en Mendoza. Risas, bromas, walking Tour, noche de turismo astronómico, una excursión por Alta Montaña, una salida relámpago a Santiago de Chile, momentos de felicidad, momentos de melancolía, llamados a la reflexión, comidas, salidas, llantos, regalos, calor de hogar. Mi gratitud es tan grande que no me alcanzan las palabras para describir lo extraordinario de éste viaje. Sé que voy camino a una transformación, sé que esto no se termina acá y que quizás las vueltas de la vida me inviten a regresar a dónde todo empezó, porque para serles franca puede que parezca que no pertenezca a ningún lugar, pero eso no es ciento por ciento cierto, porque no soy la clase de persona que le guste encasillarse en una profesión u estilo de vida. Me permito disfrutar sanamente de todo, me permito pertenecer a todas partes porque todas partes es también mi hogar. Me permito ser lo que quiero ser y no lo que pretenden que sea. Me permito viajar ...
¿Y cómo se hace para partir después de todo esto? Se puede. Me voy con la misma mochila con la que vine y con el corazón mas lleno. Amé cada día en éste maravilloso hogar que resulta que es un hostel, pero que la mayoría de los que somos parte de él, lo adoptamos como un segundo hogar. Me voy y me llevo gratos recuerdos, anécdotas, fotografías y hasta algún que otro momento de llanto. Me voy emocionada y extasiada de tanto que he dado y he recibido. Me voy con más cariño del que vine. Viví cada día intensamente, descubrí, anduve, bicicleté y ahora digo adiós, aunque más que un adiós es un hasta pronto, porque esto sencillamente no se olvida. No se olvida que fue mi primer voluntariado, mi primer viaje sola y la certeza de que es el principio de muchas cosas buenas que vendrán.
Asadito multicultural. Photo cortesía de Belu Yanke from Gorilla.
16/06/17 Belu y yo. Abrazo despedida junto a mi encantadora anfitriona. Una de las personas más bellas de entre las tantas que conocí en mi paso por Mendoza.
Gracias Gorila Hostel y mi gente bella que los llevo y llevaré siempre en mi mente y corazón. Gracias. Me voy, me fui, no estoy ... ¡Bienvenida Valparaiso como la continuación de mi siguiente aventura!
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